El omega-3 del salmón es una de las fuentes más ricas y saludables de ácidos grasos esenciales.
Favorece la memoria, concentración y aprendizaje.
Puede reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer.
Disminuye los niveles de triglicéridos.
Ayuda a regular la presión arterial.
Reduce el riesgo de arritmias y enfermedades del corazón.
Mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Alivia los síntomas de artritis reumatoide y dolores articulares.
Disminuye procesos inflamatorios crónicos del cuerpo.
Protege contra la degeneración macular relacionada con la edad.
Mantiene una buena función visual, especialmente en edades avanzadas.
6. Apoyo al sistema inmune
El DHA y EPA (tipos de omega-3) modulan la respuesta inmunitaria.
Puede ayudar a reducir la inflamación en condiciones autoinmunes.
